Si vuestros hijos, como las nuestras, disfrutan jugando a ser caballeros y damiselas, príncipes y princesas, no debéis dejar de visitar el Castillo de Manqueospese.
Es una excursión ideal para una mañana o una tarde. El castillo está muy cerca de Ávila y a él se accede fácilmente. (Mira aquí otras excursiones en Ávila)
Si vais desde Ávila tendréis que coger la N-110 con dirección Plasencia, y en el cruce con la N-502 hay que cogerla con dirección a Arenas de San Pedro. A pocos kilómetros os tendréis que desviar hacia Niharra para, desde allí, llegar a Mironcillo, término municipal al que pertenece el castillo.
Os recomendamos que dejéis el coche al comienzo del camino (pedregoso) que accede al castillo porque su parte final no está muy preparada para vehículos. En cualquier caso vosotros mismos os daréis cuenta de hasta donde es recomendable llegar con el coche.
Pero lo mejor de todo es que antes de llegar a este punto ya habréis podido ver la magnitud del Castillo de Manqueospese. Porque la fortaleza se encuentra en un alto rocoso desde el que domina buena parte del Valle Amblés abulense. Ni más ni menos a 1.362 metros sobre el nivel del mar.
Os dejamos sólo unos datos sobre el castillo. Se construyó en su planta actual a finales del siglo XV aunque existen indicios de la existencia de un bastión defensivo desde el siglo XI. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931. Ahora es de propiedad privada, por lo que no se puede acceder al interior, pero recorrer los exteriores bien merece el paseo.
Castillo de Manqueospese, también conocido como Aunqueospese.
Sobre todo porque allí los niños podrán sentir (y entender) las muchas leyendas que rodean la Castillo de Manqueospese. Porque sí, son varias las historias que se relacionan con la construcción del castillo. Aunque todas ellas tienen un denominador común: la pareja formada por Alvar Dávila y Doña Guiomar. Lo más parecido a los Romeo y Julieta de Ávila.
Como os decíamos, cuenta la leyenda que Alvar Dávila paseaba triunfante por las calles de Ávila al regresar victorioso de la Batalla de Las Navas del Tolosa. La gente de la calle le aplaudía y mostraba su respeto. Y fue en ese paseo cuando sus ojos se encontraron con los de Doña Guiomar, una bella noble abulense que contemplaba la comitiva desde del balcón del palacio de su padre, Don Diego de Zúñiga, ubicado sobre el Arco del Rastro de la Muralla de Ávila.
Los dos jóvenes se enamoraron. Y comenzaron a verse, pero siempre a través de los ventanales del palacio de Don Diego de Zúñiga.
Finalmente, Alvar se atrevió a pedirle a éste la mano de su hija. Pero lejos de concedérsela, se la negó de manera airada.
Cuenta la leyenda que Alvar, tan triste como enfadado, le dijo a Don Diego de Zúñiga: «Cuando el amor ha nacido, no se le mata con vilencias; que el corazón del enamorado es rebelde y terco en la rebeldía. Doña Guiomar y yo seguiremos amándonos, y aún más, viéndonos… ¡Manque os pese!«.
El caballero partió hacia las afueras de Ávila y levantó el Castillo de Manqueospese. Y desde él encendía fogatas para que Doña Guiomar las viera desde su balcón.
Finales muy variados
El final de la historia es lo que más varía de una leyenda a otra: que si la historia terminó bien, que si Guiomar murió y se convirtió en paloma que acompañó a Alvar en su última batalla… Aquí la imaginación puede volar libre. Os lo dejamos en vuestras manos.
¡A disfrutar del Castillo de Manqueospese!
